sábado, 3 de abril de 2010

La Divina Misericordia y Sor Faustina

El próximo domingo, 2° de Pascua, es la Fiesta de la Misericordia.

Más allá del lenguaje expresado, esta fiesta es el centro de nuestra fe. En ella se revela el Corazón de Jesús, cuyo amor desborda toda lógica, toda justicia humana, toda ley de retribución, de "ganarse" la salvación. Está también en perfecta sintonía con la teología bíblica paulina: por Gracia hemos sido salvados. En efecto, "todos han pecado y están privados de la gloria de Dios, pero son justificados gratuitamente por su gracia, en virtud de la redención cumplida en Cristo Jesús" Rom 3,23-24.
"Justificados, entonces, por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo. Por él hemos alcanzado, mediante la fe, la gracia en la que estamos afianzados, y por él nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Más aún, nos gloriamos hasta de las mismas tribulaciones, porque sabemos que la tribulación produce la constancia; la constancia, la virtud probada; la virtud probada, la esperanza. Y la esperanza no quedará defraudada, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado."
Rom 5,1-5

También la carta a los Hebreos nos habla de que la entrega oblativa de Cristo Jesús es para nosotros fuente de gracia y salvación:

"Por lo tanto, hermanos, tenemos plena seguridad de que podemos entrar en el Santuario por la Sangre de Jesús, siguiendo el camino nuevo y viviente que él nos abrió a través del velo del Templo, que es su carne. También tenemos un Sumo Sacerdote insigne al frente de la casa de Dios. Acerquémonos, entonces, con un corazón sincero y llenos de fe, purificados interiormente de toda mala conciencia y con el cuerpo lavado por el agua pura. Mantengamos firmemente la confesión de nuestra esperanza, porque aquel que ha hecho la promesa es fiel. Velemos los unos por los otros, para estimularnos en el amor y en las buenas obras."
Heb 10,19-24

A lo largo de la historia, ha habido muchas revelaciones privadas, después reconocidas por la Iglesia, en las que se pone de manifiesto la centralidad de la Misericordia. La misma espiritualidad del Sagrado Corazón surge ya hace muchos siglos de esta manera: para contrarrestar el rigorismo que lo único que lograba era distorsionar la imagen del Dios Amor y alejar a la gente de él.
Por eso necesitamos renovar nuestra aceptación del amor misericordioso de Dios.
Estamos en los días previos a la fiesta de la Misericordia, podemos enriquecer esta celebración con el legado de Sor Faustina Kowalska.

Las cinco expresiones de la Divina Misericordia revelara a sor Faustina

1) La Fiesta de la Misericordia: es la de mayor importancia. Jesús le comunicó a sor Faustina: "Deseo que haya una Fiesta de la Misericordia. Quiero que esta imagen que pintarás con el pincel sea bendecida con solemnidad el primer domingo después de la Pascua de Resurrección; ese domingo debe ser la Fiesta de la Misericordia" (Diario, 49) La Fiesta no es solamente un día de adoración especial de Dios en el misterio de la misericordia, sino también el tiempo en que Dios colma de gracias a todas las personas. "Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea un refugio y amparo para todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores" (Diario, 699). "Quien se acerque ese día a la Fuente de Vida recibirá el perdón total de las culpas y de las penas" (Diario, 300). "Ese día están abiertas las entrañas de mi Misericordia. Derramo todo un mar de gracias sobre aquellas almas que se acercan al manantial de mi Misericordia. El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las culpas y de las penas... "Que ningún alma tema acercarse a Mí, aunque sus pecados sean como escarlata. Mi misericordia es tan grande que en toda la eternidad no la penetrará ningún intelecto humano ni angélico. Todo lo que existe ha salido de las entrañas de Mi Misericordia. Cada alma respecto a mí, por toda la eternidad meditará Mi amor y Mi misericordia. La Fiesta de la Misericordia ha salido de Mis entrañas, deseo que se celebre solemnemente el primer domingo después de Pascua. La humanidad no conocerá paz hasta que no se dirija a la Fuente de Mi misericordia."

2) La imagen de Jesús Misericordioso: Jesús dijo a sor Faustina: "Pinta una imagen según el modelo que ves, y firma: Jesús, en ti confío (Diario, 47). Quiero que esta imagen (...) sea bendecida con solemnidad el primer domingo después de la Pascua de Resurrección; ese domingo debe ser la Fiesta de la Misericordia" (Diario, 49). Los elementos más característicos de esta imagen de Cristo son los rayos. El Señor Jesús, preguntado por lo que significaban, explicó: "El rayo pálido simboliza el Agua que justifica a las almas, el rayo rojo simboliza la Sangre que es la vida de las almas (...) Bienaventurado quien viva a la sombra de ellos" (Diario 299) "Ambos rayos brotaron de las entrañas más profundas de mi misericordia cuando mi Corazón agonizante fue abierto en la cruz por la lanza." "Prometo que el alma que venere esta imagen no perecerá. También prometo, ya aquí en la tierra, la victoria sobre los enemigos y, sobre todo, a la hora de la muerte. Yo Mismo la defenderé como Mi gloria." (Diario, 44)
La imagen no presenta solamente la Misericordia de Dios, sino que también es una señal que ha de recordar el deber cristiano de confiar en Dios y amar activamente al prójimo. En la parte de abajo, según la voluntad de Cristo, figura la firma: "Jesús, en Vos confío". "Esta imagen ha de recordar las exigencias de Mi misericordia, porque la fe sin obras, por fuerte que sea, es inútil" (Diario, 742)

3) La coronilla a la Divina Misericordia: Jesús mismo le enseñó a Sor Faustina: "... la rezarás durante nueve días con un rosario común, de modo siguiente: primero rezarás una vez el Padre nuestro y el Ave María y el El Credo, después, en las cuentas correspondientes al Padre nuestro, dirás las siguientes palabras: Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero; en las cuentas del Ave María, dirás las siguientes palabras: Por su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero. Para terminar, dirás tres veces estas palabras: Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero" (Diario, 476) Por el rezo de esta coronilla, dijo Jesús en otra ocasión, me acercas la humanidad (Diario 929) Alas almas que recen esta coronilla, mi misericordia las envolverá (...) de vida y especialmente a la hora de la muerte" (Diario, 754)

4) La Hora de la Misericordia. En octubre de 1937, en unas circunstancias poco aclaradas por Sor Faustina, el Señor Jesús encomendó adorar la hora de su muerte: "Cuantas veces oigas el reloj dando las tres, sumérgete en Mi misericordia, adorándola y glorificándola; suplica su omnipotencia para el mundo entero y, especialmente, para los pobres pecadores, ya que en ese momento, se abrió de par en par para cada alma" (Diario, 1572). "En esa hora procura rezar el Vía Crucis, en cuanto te lo permitan tus deberes; y si no puedes rezar el Vía Crucis, por lo menos entra un momento en la capilla y adora en el Santísimo Sacramento a mi Corazón que está lleno de Misericordia. Y si no puedes entrar en la capilla, sumérgete en oración allí donde estés, aunque sea por un brevísimo instante" (Diario, 1572). "En esa hora -prometió Jesús- puedes obtener todo lo que pidas para ti o para los demás. En esa hora se estableció la gracia para el mundo entero: la misericordia triunfó sobre la justicia." (Diario 1572).
La oración debe ser rezada a las tres de la tarde, estar dirigida a Jesús y ha de apelar a los valores y méritos de la Pasión del Señor.

5) La propagación de la devoción a la Divina Misericordia: la esencia del culto a la Divina Misericordia consiste en la actitud de confianza hacia Dios y la caridad hacia el prójimo. (Diario, 1059) "Debes mostrar misericordia al prójimo siempre y en todas partes. No puedes dejar de hacerlo, ni excusarte, ni justificarte" (Diario, 742). Cristo desea que sus devotos hagan al día por lo menos un acto de amor hacia el prójimo.

6) El culto a la Divina Misericordia tiene como fin renovar la vida religiosa en la Iglesia en el espíritu de confianza cristiana y misericordia. A todos los que quieran unirse a Dios en el misterio de su misericordia, por el deseo de reflejar este atributo de Dios en sus propios corazones y en sus obras y de reflejar su gloria se les propone al menos, una obra de misericordia al día. Por lo menos, pero pueden ser más, porque cada uno puede cumplirlas fácilmente, incluso el más pobre, ya que es triple el modo de hacer una obra de misericordia: la palabra misericordiosa, perdonando y consolando; segundo, cuando no es posible con la palabra, entonces rezando y esto también es una obra de misericordia; tercero, las obras de misericordia. Y cuando llegue el último día, seremos juzgados de esto y según esto recibiremos la sentencia eterna. (Diario 1158)


En efecto, al hablar del Juicio Final, Jesús es claro: Mt 25,31-46

31 Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos los ángeles, se sentará en su trono glorioso. 32 Todas las naciones serán reunidas en su presencia, y él separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos, 33 y pondrá a aquellas a su derecha y a estos a la izquierda.
34 Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: “Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, 35 porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron; 36 desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver”. 37 Los justos le responderán: “Señor, ¿cuándo te vimos habriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber? 38 ¿Cuándo te vimos de paso, y te alojamos; desnudo, y te vestimos? 39 ¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?”. 40 Y el Rey les responderá: “Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo”.
41 Luego dirá a los de la izquierda: “Aléjense de mí, malditos; vayan al fuego eterno que fue preparado para el demonio y sus ángeles, 42 porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; 43 estaba de paso, y no me alojaron; desnudo, y no me vistieron; enfermo y preso, y no me visitaron”. 44 Estos, a su vez, le preguntarán: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de paso o desnudo, enfermo o preso, y no te hemos socorrido?”. 45 Y él les responderá: “Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo”. 46 Estos irán al castigo eterno, y los justos a la Vida eterna».

Las verdaderas obras de Dios siempre enfrentan dificultades y se caracterizan por el sufrimiento. Si Dios quiere realizar algo, tarde o temprano lo realizará. Lo realizará a pesar de todas las dificultades y tú, mientras tanto, ármate de gran paciencia.

Diario 186: cuando reces esta oración con contrito y con fe por algún pecador, le concederé la gracia de la conversión:
OH SANGRE Y AGUA, QUE BROTASTE DEL CORAZÓN DE JESÚS COMO UNA FUENTE DE MISERICORDIA PARA NOSOTROS, EN VOS CONFÍO

Santa Faustina se ofreció como víctima por los pecadores y con este propósito experimentó muchos y diversos sufrimientos. Diario, 1612: “tengo necesidad de tus sufrimientos para salvar almas.” Durante una hora particular de adoración, Dios le reveló a Santa Faustina todo lo que ella tendría que sufrir: soledad, pobreza, falsas acusaciones, la pérdida del buen nombre, abandono, desprecio y muchos sufrimientos físicos, incluyendo las estigmas invisibles.. Cuando la visión terminó, un sudor frío bañó su frente. Consciente de que todo este misterio dependía de su libre aceptación, consintió libremente al sacrificio en completo uso de sus facultades. Luego escribió lo siguiente en su diario: “De repente, cuando había consentido a hacer el sacrificio con todo mi corazón y todo mi entendimiento; la presencia de Dios me cubrió, me parecía que me moría de amor a la vista de su mirada.”

Durante la Cuaresma de 1933, experimentó en su propio cuerpo y corazón la Pasión del Señor, recibiendo invisiblemente las estigmas. Ella lo narra así: "Un día durante la oración, vi una gran luz y de esta luz salían rayos que me envolvían completamente. De pronto sentí un dolor muy agudo en mis manos, en mis pies, y en mi costado, y sentí el dolor de la corona de espinas, pero esto fue sólo por un tiempo bien corto."

Tiempo más tarde, cuando Santa Faustina se enfermó de Tuberculosis, experimentó nuevamente los sufrimientos de la Pasión del Señor repitiéndose todos los Viernes y algunas veces cuando se encontraba con un alma que no estaba en estado de gracia. “Los sufrimientos eran dolorosos y de corta duración, no los hubiera soportado sin una gracia especial de Dios".



Era despertada para rezar y sufrir por los moribundos

“por la noche fui despertada súbitamente y conocí que un alma tenía necesidad de oración, con toda mi alma pedí al Señor la gracia para ella. Al día siguiente pasado ya el mediodía entré en la sala y vi a esta persona agonizante cuya agonía había empezado la noche anterior cuando me pidió oraciones. De repente oí en el alma la voz, reza la coronilla que te he enseñado por ella. Mientras la rezaba ella abrió los ojos, y murió con una asombrosa serenidad” (esta alma fue la primera que experimentó la promesa dada a la coronilla)

(Diario, 820 ) “El ángel custodio me recomendó que rezara por cierta alma, y a la mañana siguiente supe que era un hombre que había empezado a agonizar. De modo sorprendente Jesús me da a conocer cuando los moribundos necesitan mis plegarias y sacrificios”.

por las almas del purgatorio
(#
1723) “una noche vino a verme el alma de cierta jovencita y me hizo sentir su presencia dándome a conocer que necesita mi oración y sacrificios. Conocí que estaba en el purgatorio y ofrecí las indulgencias del día siguiente por ella”.

(#594) “una noche vino a mi una de las hermanas difuntas que antes había venido a verme. La primera vez la vi en un gran estado de sufrimiento. Luego eran cada vez menores y esta noche la vi resplandeciente de felicidad. Se acercó a mi dando las gracias por haberla sacado del purgatorio”:

(#1185) “una hermana difunta le pide un día de ayuno y que en ese día ofreciera todas las practicas de piedad por ella.”

Por la protección del mundo entero
(#
1722) “Si no me ataras las manos enviaría muchos castigos sobre la tierra. Hija mía tu mirada desarma mi ira; me llamas con tal fuerza que todo el cielo se estremece. No puedo huir de tu súplica”.

Penas por el aborto
(#1276) “a las 8 experimenté unos dolores tan violentos que tuve que acostarme enseguida; he estado contorsionándome por estos dolores durante 3 horas, ninguna medicina me alivió. Jesús me hizo saber que É mismo había permitido estos sufrimientos en reparación a Dios por las almas asesinadas en el seno de sus madres. Estos dolores me han sucedido ya tres veces”.

Agonía Interior
Le pidió a ella incluso vivirlos en soledad: “en tus sufrimientos físicos y también morales, hija mía, no busques compasión de las criaturas. Deseo que la fragancia de tus sufrimientos sea pura, sin ninguna mezcla. Exijo que te distancies no solamente de las criaturas, sino también de ti misma”.

(#1558) “Pasé toda la noche con Jesús en Getsemaní. Un continuo gemido de dolor salía de mi pecho. La agonía natural será mas leve, porque durante ella se agoniza y se muere, mientras aquí uno agoniza sin poder morir. Oh Jesús no creía que existieran sufrimientos de este tipo”.

Sufre rechazos, juicios, desprecios, abandonos, incomprensiones– y las acechanzas y venganzas del demonio.
(#644) “cuando me alejé del confesionario, todo un enredo de pensamientos oprimió mi alma. El demonio me decía: ¿para que ser sincera con el confesor? Constantemente oigo esas voces interiores que quieren atormentarme. Satanás se burla de ella, y que reía por cuidarse de las almas. Mira como sufres y lo que vas a sufrir todavía... ¿Cual es tu recompensa a tanto sufrimiento?

Su recompensa.......alcanza la conversión de muchos
(#
709) “Hoy mientras rezaba el rosario , vi de repente el copón con el Santísimo Sacramento. El copón estaba descubierto y con bastantes Hostias. Desde el copón salió una voz: Estas hostias fueron recibidas por las almas convertidas con tus plegarias y tu sufrimientos”.

Hemos visto algunos ejemplos de lo que una vida que ha abrazado por amor la vocación al sufrimiento puede lograr para el bien de la humanidad. Esta generosidad heróica solo proviene de la fuerza del amor crucificado de Cristo, de Aquel que se ha entregado por nosotros, que ha vencido el mal con el poder del bien. El amor triunfa, porque el amor que es capaz de sufrir, es el único que es fecundo. Solo el amor es capaz de abrir, rasgar el corazón para engendrar la vida de Cristo en el mundo. Gracias Santa Faustina, por manifestar con tu vida lo que nos enseña S. Francisco de Sales: “el límite del amor es amar sin límites”.

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