sábado, 28 de agosto de 2010

28 de Agosto: San Agustín

De las Confesiones de san Agustín, obispo
(Libro 7, 10, 18; 10, 27: CSEL 33, 157-163. 255)

¡OH ETERNA VERDAD, VERDADERA CARIDAD Y CARA ETERNIDAD!

Habiéndome convencido de que debía volver a mí mismo, penetré en mi interior, siendo tu mi guía, y ello me fue posible porque tú, Señor, me socorriste. Entré y ví con los ojos de mi alma, de un modo u otro, por encima de la capacidad de estos mismos ojos, por encima de mi mente, una luz inconmutable; no esta luz ordinaria y visible a cualquier hombre, por intensa y clara que fuese y que lo llenara todo con su magnitud. Se trataba de una luz completamente distinta. Ni estaba por encima de mi mente, como el aceite sobre el agua o como el cielo sobre la tierra, sino que estaba en lo más alto, ya que ella fue quien me hizo, y yo estaba en lo más bajo, porque fui hecho por ella. La conoce el que conoce la verdad. ¡Oh eterna verdad, verdadera caridad y cara eternidad! Tú eres mi Dios, por ti suspiro día y noche. Y, cuando te conocí por vez primera, fuiste tú quien me elevó hacia ti, para hacerme ver que había algo que ver y que yo no era aún capaz de verlo. Y fortaleciste la debilidad de mi mirada irradiando con fuerza sobre mí, y me estremecí de amor y de temor; y me di cuenta de la gran distancia que me separaba de ti, por la gran desemejanza que hay entre tú y yo, como si oyera tu voz que me decía desde arriba: «Soy alimento de adultos: crece, y podrás comerme. Y no me transformarás en substancia tuya, como sucede con la comida corporal, sino que tú te transformarás en mí.»

Y yo buscaba el camino para adquirir un vigor que me hiciera capaz de gozar de ti, y no lo encontraba, hasta que me abracé al mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre también él, el cual está por encima de todas las cosas, Dios bendito por los siglos, que me llamaba y me decía: Yo soy el camino de la verdad y la vida, y el que mezcla aquel alimento, que yo no podía asimilar, con la carne, ya que la Palabra se hizo carne, para que, en atención a nuestro estado de infancia, se convirtiera en leche tu sabiduría, por la que creaste todas las cosas.

¡Tarde te amé, Hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé! Y tú estabas dentro de mí y yo afuera, y así por fuera te buscaba; y, deforme como era, me lanzaba sobre estas cosas hermosas que tú creaste. Tú estabas conmigo, mas yo no estaba contigo. Reteníanme lejos de ti aquellas cosas que, si no estuviesen en ti, no existirían. Me llamaste y clamaste, y quebrantaste mi sordera; brillaste y resplandeciste, y curaste mi ceguera; exhalaste tu perfume y lo aspiré, y ahora te anhelo; gusté de ti, y ahora siento hambre y sed de ti; me tocaste, y deseé con ansia la paz que procede de ti.

1 comentario:

  1. HOLA ESTIMADO PADRE LUIS. CREYENDO FIRMEMENTE QUE DIOS LO CUIDA, LO GUIA, LE DA FORTALEZA Y CUIDA DE TODOS SUS SERES QUERIDOS, DE LOS QUE ESTAN AQUI EN LA TIERRA Y TAMBIEN DE LOS QUE YA HAN PARTIDO. HACE MUCHO QUE NO TENGO NOTICIAS SUYAS.
    HOY LEYENDO DE LAS CONFECIONES DE SAN AGUSTIN Me llamaste y clamaste, y quebrantaste mi sordera; brillaste y resplandeciste, y curaste mi ceguera; exhalaste tu perfume y lo aspiré, y ahora te anhelo; gusté de ti, y ahora siento hambre y sed de ti; me tocaste, y deseé con ansia la paz que procede de ti. PADRE COMO EXPLICARLE QUE CADA VEZ QUE LEO LAS LECTURAS, EVANELIOS SALMOS QUE USTED NOS TRANSMITE A TRAVES DE ESTE MEDIO, CRECE EN MI EL AMOR PURO, SENTIRME TAN IDENTIFICADA CON CADA PALBRA. A VECES ME PARECE QUE YA LAS LEI EN ALGUN LADO Y SIENTO QUE DIOS ME HABLA. PADRE LUIS QUE DIOS SIGA DERRAMANDO BENDICIONES Y LE CONCEDA LOS SIETE SAGRADOS DONES DEL ESPIRITU SANTO.
    LE CUENTO QUE YA ESTOY TRABAJANDO, MUY BIEN, Y CADA DIA PUEDO VER COMO DEJANDOME EN LOS BRAZOS DE MI SEÑOR TODA MIS COSAS SE ACOMODAN DE UNA FORMA INCREIBLE, PADRE NUNCA DEJARE DE DECIR QUE DIOS LO PUSO A USTED COMO INSTRUMENTO PARA QUE APRENDA A CONOCERLO A EL A TRAVES DE SU ENSEÑANZA. ESTA TODOS LOS DIAS EN MIS ORACIONES.

    ResponderEliminar