que jamás se ha oído decir
que ninguno de los que han acudido a tu protección,
implorando tu asistencia y reclamando tu socorro,
haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Vos también acudo,
¡oh Madre, Virgen de las vírgenes!,
y gimiendo bajo el peso de mis pecados
me atrevo a comparecer ante tu presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no deseches mis súplicas,
antes bien, escuchalas y acogelas benignamente.
Amén.
CONTENIDO DE LA MEDALLA MILAGROSA
ANVERSO DE LA MEDALLA
María Inmaculada
María Medianera Universal
María Tipo y Modelo de la Iglesia
Maria Reina del Universo
María Asunta al Cielo
REVERSO DE LA MEDALLA
Maternidad Divina de Maria
Maria nueva Eva
María Corredentora
María Madre de la Iglesia
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