sábado, 23 de marzo de 2013

En Memoria de Monseñor Romero a los 33 años de su martirio

(Hacé click en el título para ir al video)

Su último mensaje: ¡Cese la represión!




(Hacé click en el título para ir a la Biografía)


HOMILIA DEL 23 DE MARZO DE 1980
YO QUISIERA HACER UN LLAMAMIENTO DE MANERA ESPECIAL A LOS HOMBRES DEL EJERCITO, Y EN CONCRETO A LAS BASES DE LA GUARDIA NACIONAL, DE LA POLICIA, DE LOS CUARTELES
Hermanos, son de nuestro mismo pueblo, matan a sus mismos hermanos campesinos y ante una orden de matar que dé un hombre, debe de prevalecer la Ley de Dios que dice: NO MATAR.
Ningún soldado está obligado a obedecer una orden contra la Ley de Dios... Una ley inmoral, nadie tiene que cumplirla.
Ya es tiempo de que recuperen su conciencia y que obedezcan antes a su conciencia que a la orden del pecado.
La Iglesia, defensora de los derechos de Dios, de la Ley de Dios, de la dignidad humana, de la persona, no puede quedarse callada ante tanta abominación. Queremos que el Gobierno tome en serio que de nada sirven las reformas si van teñidas con tanta sangre.
EN NOMBRE DE DIOS, PUES, Y EN NOMBRE DE ESTE SUFRIDO PUEBLO CUYOS LAMENTOS SUBEN HASTA EL CIELO CADA DÍA MÁS TUMULTUOSOS, LES SUPLICO, LES RUEGO, LES ORDENO EN NOMBRE DE DIOS: ¡CESE LA REPRESIÓN!
(Monseñor Romero murió asesinado de un disparo al corazón mientras celebraba la Eucaristía de difuntos) 

La última Misa de Monseñor Romero

HOMILIA DEL PRIMER ANIVERSARIO DE LA SRA. SARA DE PINTO
San Salvador, 24 de marzo de 1980, a las 17:00 horas en la Capilla del Hospital de La Divina Providencia.
"De esta Santa Misa, pues, esta Eucaristía, es precisamente un acto de fe: Con fe cristiana parece que en este momento la voz de diatriba se convierte en el cuerpo del Señor que se ofreció por la redención del mundo y que en ese cáliz el vino se transforma en la sangre que fue precio de la salvación. Que este cuerpo inmolado y esta Sangre Sacrificada por los hombres nos alimente también para dar nuestro cuerpo y nuestra sangre al sufrimiento y al dolor, como Cristo, no para sí, sino para dar conceptos de justicia y de paz a nuestro pueblo. Unámonos pues, íntimamente en fe y esperanza a este momento de oración por Doña Sarita y por nosotros."
(En ese momento sonó el disparo...)





No hay comentarios:

Publicar un comentario